José Hurtado Mena realista urbano ha descubierto que la madrugada no es un mero accidente del día, sino un do al que, siguiendo el ejemplo de los auroros murcianos, justo y necesario es nombrado "salve de la despertá".La ciudad no es lineal y unívoca. La ciudad es circular y simultánea. Y admite en su pulsión vital tantos afanes como horas. El reloj solar se echa a andar como ave a punto de iniciar el vuelo y de ahí en adelante las piedras de la entredormida o ya entredespierta ciudad se perfilan como silva de varia lección.En las calles aún hay relente, humor que la noche -con las sombras- entrega al día para su gobierno. Los adoquines, las losas, el asfalto, el cemento, el yeso, las cristaleras y las cresterías de los edificios se perfilan como un escenario en el que la luz fuera dándose gradualmente -como doncella en el tálamo- para predisponer el ánimo del espectador hacia el climax de la pronta animación.
Antonio Martínez Cerezo

lunes, 4 de octubre de 2010

…Será la capacidad humana de crear, la actividad capaz de acercarnos a la existencia de otra realidad, desde el principio de los tiempos necesitamos creer que existe esa otra realidad y el artista, como el contemplativo, se desarrolla entre el agitado mecimiento del misticismo al arrebato y entre ese desavenir surge la cre...ación, ese gran misterio.¿Por qué nos abraza esa enigmática sensación que nos adentra hacia la obra, y nos provoca esa sensibilidad en lo mas profundo de nuestro sentimiento, al admirarla ? Quizá la respuesta esta, en que necesitamos creer que no estamos solos, y delante de la obra, nos acerca esa realidad en la que participamos con nuestros sentidos, notamos el regocijo de comunicación y de sentirnos unidos al hilo vital del principio de los tiempos.